Huella Verde
HUELLA VERDE
La huella hídrica se basa en el desarrollo amplio de cuatro conceptos previos: agua verde, agua azul, agua gris y agua virtual, los cuales proveen la mayor parte de la base conceptual y metodológica que permite su aplicación y complementan la visión tradicional de la gestión del agua en el contexto de la aplicación de la Gestión Integral de Recursos Hídricos en una cuenca.
La huella hídrica verde, que se refiere al consumo de agua almacenada en el suelo como
humedad proveniente de la precipitación (Agua Verde), que se evapora, usualmente en la
agricultura.
La huella hídrica aporta la contabilidad del uso y consumo de agua verde, correspondiente al agua almacenada en el suelo como humedad, que tiene como origen la precipitación. Aquí se incluye un recurso que hasta el momento se había excluido completamente de las cuantificaciones sobre uso de los recursos hídricos, y que tiene gran importancia para la producción agrícola en muchas partes del mundo, pues la mayor parte de los requerimientos hídricos de los cultivos son cubiertos por el agua verde. Es crucial incluir este recurso en la contabilidad del uso del recurso hídrico, con el fin de poder gestionarlo mejor. La huella hídrica en su componente verde también permite evidenciar la competencia por agua verde y territorio que ocurre en algunos sitios, entre ecosistemas naturales estratégicos para la producción y regulación del agua (bosques de alta montaña, punas o páramos) y los usos productivos agrícolas y pecuarios.
La huella hídrica aporta la contabilidad del uso y consumo de agua verde, correspondiente al agua almacenada en el suelo como humedad, que tiene como origen la precipitación. Aquí se incluye un recurso que hasta el momento se había excluido completamente de las cuantificaciones sobre uso de los recursos hídricos, y que tiene gran importancia para la producción agrícola en muchas partes del mundo, pues la mayor parte de los requerimientos hídricos de los cultivos son cubiertos por el agua verde. Es crucial incluir este recurso en la contabilidad del uso del recurso hídrico, con el fin de poder gestionarlo mejor. La huella hídrica en su componente verde también permite evidenciar la competencia por agua verde y territorio que ocurre en algunos sitios, entre ecosistemas naturales estratégicos para la producción y regulación del agua (bosques de alta montaña, punas o páramos) y los usos productivos agrícolas y pecuarios.
Contabilidad de la huella hídrica verde para el sector agrícola
si se cuenta con la evapotranspiración de un
cultivo, por ejemplo en unidades de mm/año, y se conoce el área de este cultivo dentro de la
cuenca en hectáreas, se puede calcular el volumen de agua evapotranspirada por ese cultivo,
en m3
/año. Sucesivamente, este cálculo debe realizarse para todos los cultivos dentro de la
cuenca. De manera general, se requiere la siguiente información:
• Datos climáticos y de precipitación de la cuenca para el periodo de tiempo determinado: Con el fin
de calcular el componente verde y azul de la huella hídrica, se requiere conocer la distribución
de la precipitación en la cuenca. A su vez, el cálculo de la evapotranspiración
requiere otros datos climáticos como temperatura, radiación solar, velocidad del viento,
entre otros.
• Uso del suelo en la cuenca: se requiere conocer la distribución de suelos agrícolas en la misma,
qué cultivos, en dónde y su área.
• Datos sobre el riego de los cultivos: Qué cultivos se riegan, con qué frecuencia y qué cantidad
de riego reciben. Según la definición de objetivos y alcance del estudio, puede ser necesario
distinguir la fuente de riego (agua superficial, subterránea), y el tipo de riego (por
gravedad, aspersión, goteo). Esta información sirve para el cálculo del componente azul
de la huella hídrica.
• Características del suelo de la cuenca: para determinar el comportamiento del agua en el suelo,
es necesario conocer las características texturales básicas del suelo, de forma que se
extrapolen sus características hidráulicas.
El cálculo de la huella hídrica en la cuenca presupone la estimación de la evapotranspiración (ET) de todos los cultivos distribuidos geográficamente en la cuenca, bajo diferentes condiciones climáticas y de precipitación, así como de diferentes condiciones de riego. El método más conocido para el cálculo de la evapotranspiración de un cultivo es el de Penman–Monteith, utilizado por la FAO, cuyo propósito es estimar los requerimientos de agua de estos, con el fin de planear un riego eficiente y optimizar la producción agrícola.
El cálculo de la huella hídrica en la cuenca presupone la estimación de la evapotranspiración (ET) de todos los cultivos distribuidos geográficamente en la cuenca, bajo diferentes condiciones climáticas y de precipitación, así como de diferentes condiciones de riego. El método más conocido para el cálculo de la evapotranspiración de un cultivo es el de Penman–Monteith, utilizado por la FAO, cuyo propósito es estimar los requerimientos de agua de estos, con el fin de planear un riego eficiente y optimizar la producción agrícola.
Herramientas existentes para el cálculo de la huella hídrica agrícola a nivel de cuenca
Cuando no se cuenta con la información de campo necesaria para calcular la huella hídrica
con las herramientas propuestas en la tabla 4.1, es también posible emplear bases de datos
globales de evapotranspiración real, como por ejemplo MODIS4
.
Esta evapotranspiración es
calculada a partir de datos satelitales, y se puede descargar de manera gratuita para una
malla geográfica con una resolución de 1 km x 1 km. Por este método de asignación de la
evapotranspiración a la cuenca en cuestión, es posible obtener una aproximación a la huella
hídrica, cuando se cuenta con mapas del uso del suelo que permiten asignar las evapotranspiraciones
a cada uso. Este método puede ser útil cuando no se cuenta con otra información
adicional, sin embargo, genera una importante incertidumbre la cual es aceptable en una
primera aproximación, por lo que se recomienda sea analizada en detalle posteriormente en
un análisis que permita tratar información local de detalle para cada estudio en específico.
Cálculo de la evapotranspiración de un cultivo
Nota:
En el caso del agua incorporada a los productos como parte de su biomasa, es inusual contabilizar esta
como parte de la huella hídrica en los estudios prácticos, pues normalmente ella es del orden de 0.1 %
del agua evapotranspirada, por lo que su adición a la huella hídrica final es mínima (Hoekstra et al.
2011).
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